27 Sep 2024
Mejor hecho que perfecto
¿Cuántas cosas has dejado de hacer por no hacerlas del todo bien?¿Cuántas cosas te has perdido por miedo a hacer el ridículo, o no ser suficientemente buena o no querer fallar?. La perfección, bloquea.
Quizá son cosas que te parezcan “poco importantes”: no querer probar una actividad nueva, como patinar, escalar, bucear… (porque esos deportes no son para ti); no atreverte a hablar inglés de vacaciones (porque los idiomas se te dan mal); no querer dar tu opinión en un grupo nuevo (porque eres introvertida); no salir a bailar (porque eres arrítmica); o no cantar (porque desafinas); no permitirte lo que te apetece hacer por exigencia.
Y van cogiendo importancia estas actividades poco importantes, porque al no hacerlas, te limitas y no eres libre.
Y casi sin darte cuenta vas haciendo caso a esta vocecita interna que lejos de protegerte de hacer el ridículo, que es lo que tú piensas que hace, no te deja elegir, no te permite disfrutar de cosas sencillas que están a tu alrededor porque está continuamente juzgándote.
Con esta sensación de inferioridad, o de vergüenza, te pierdes oportunidades de experimentar cosas nuevas, porque hay “sentencias” que parecen grabadas a fuego en tu parte no consciente: las cosas o se hacen bien, o no se hacen; si me equivoco, voy a hacer el ridículo; tengo que dar buena imagen porque si no, me van a rechazar; lo hago tan mal, que se van a reír de mi y un largo etcétera.
Hoy te animo a que te atrevas a hacer algo que te apetezca, permitiéndote que salga como salga, a ver qué tal te sienta y te sientes.
No te digo que llegues al trabajo y te ponga a hablar en inglés con tu jefe o que te pongas a bailar en el metro …o sí, ¡como tú quieras!. Te animo a que vayas experimentando qué tal te sienta hacer las cosas sin buscar la excelencia y que adoptes como idea: Mejor hecho que perfecto.
Es imprescindible superar todas estas creencias que te limitan y no te dejan disfrutar de la vida. Te animo a que te juzgues menos y no le des tanta importancia a tus errores: menos juzgar y más jugar.